jueves, 11 de octubre de 2007

LA FELICIDAD...


Definitivamente he conocido LA FELICIDAD.
Y tengo que darle gracias a la vida por haberme enseñado a tener paciencia. Por haberme enseñado que el tiempo de Dios es perfecto y que el tiempo puede ser el mejor aliado, sólo hay que saber esperar.
He tenido momentos verdaderamente felices a lo largo de mi vida.
Cuando me gradué en la Escuela, ya que fui el 3er mejor alumno, con apenas 13 años de edad. Los dos que me superaron eran dos hombres: 18 y 20 años respectivamente.
Mis primeros zapatos para jugar futbol, me dieron tanta alegría que dormí con ellos esa noche.
La primera vez que le agarré la mano a una chica: Ustedes no se podrán imaginar el corrientazo que sentí que corrió por todo mi cuerpo, ¡que emosión tan maravillosa e indescriptible! Tenía de todo un poquito: Alegría, miedo, amor, emoción, inocencia.
Esa chica se llamaba: Nancy Centeno. Esto me sucedió en Maturín, estudiando 2do año de bachillerato. Nunca más supe de ella. Desde que regresé a Caracas, como lo conté en un episodio anterior, nunca más volví a Maturín.
A los 17 años me enamoré perdidamente. Desde que la vi por primera vez, quedé ipnotizado. Una explosión totalmente desconocida extremeció todo mi ser. Viviamos en la misma urbanización y comenzamos a vernos periódicamente. Cuando yo iba a la panadería o al abasto, tenía que pasar por donde ella vivía y por esas cosas del destino, ella estaba siempre allí, así como esperándome. Me pidió, en una oportunidad, que pasara por ella todos los días para ir al Liceo. Aquello se convirtió en una misión para mí. En la fiesta de cumpleaños de esa, mi chica,le declaré mi amor, (Febrero del 69). Y me dijo que.......................
NO, me rechazó. Esto no podía estar pasandome a mi. Sí ibamos juntos a todas partes, al Liceo, a estudiar, a jugar por las tardes, a bailar en mi casa cuando teníamos un ratito disponible, ¿En que momento no me di cuenta de que ella no me quería?
¡No lo podía creer! Algo está errado en toda esta relación.
Bueno, pero llegó la felicidad. En Abril de ese mismo año, o sea, dos meses más tarde, Ella se acercó a mi y me preguntó:¿Todavía me quieres? Creanme que sentí la presencia de Dios. No, yo no la quería, LA ADORABA.
Mi primer automovil: ¡Que felicidad tan grande!
Cuando quedé como el mejor Vendedor de Seguros de Vida en la General de Seguros y me gané un viaje a Rio de Janeiro, se cumplió uno de mis sueños. Y no solamente conocí a Rio de Janeiro, ESTUVE EN EL MARACANA Y VI A LA SELECCIÓN DE BRASIL jugar un partido para las eliminatorias del mundial de España. Me tomé una foto con Zico, una con Eder, otra con Junior y otra con Edinho. ¡No había un hombre en la tierra más feliz que Yo en ese momento.
Mi matrimonio con Deisy. Hasta mi padrino estaba maravillado por lo hermosa que era Deisy. Hasta llegó a compararla con la Miss Universo Israelí del 75.
Mis hijos, cada uno me dio un tipo de felicidad diferente. Cuando vi a Lenin por primera vez, Yo no sabía que hacer. Cuando el Dr. me mostró a Miguelangel acabado de nacer, mi corazón latía a mil por segundo.
Cuando Lenín quedó seleccionado para integrar el equipo de Venezuela para el mundialito infantil del 84. ¡Otra tremenda alegría!
Un día sabado, hace 3 años, aproximadamente, estaba en mi casa, solo. Preparandome para ir a mi rutina de todos los sabados: jugar futbol. De repente sonó el teléfono. Atendí y una voz al otro lado del aparato preguntó:
POR FAVOR LA SEÑORA MARIA ESTÁ?
YO- No, en este momento no se encuentra, de parte de quien?
LA VOZ- Mi nombre es Rafael A. Y tu, ¿Eres su hijo?
Yo- Si.
LA VOZ- ¿No te acuerdas de mi?
YO- (Claro que me acordaba de ese señor), le respondí, si, me acuerdo de Usted. Ud es el esposo de mi maestra Martha de 3er grado.
LA VOZ- Ok, ya veo que si te acuerdas. Bueno, aunque ya Martha y Yo estamos separados hace mucho tiempo, pero si, ese soy Yo. Mira chico, me vas a perdonar la insistencia, pero me gustaría ver a tu madre y por supuesto a ti tambien. Hace más de 40 años que no se de ustedes.
YO- No hay ningún tipo de problema. Anote nuestra dirección y cuando guste, venga a visitarnos.
RAFAEL A.- ¿Puede ser mañana mismo?
YO- Si, si puede ser, por lo general estamos los domingos todo el día en casa.
RAFAEL A.- Bueno, me parece bien, dile a tu madre que mañana voy a visitarlos.
YO- Ok, lo esperamos. Ciao.
Para hacer el cuento más corto, Rafael A. vino a visitarnos. ¡40 años después!
La tarde transcurrió muy amena, nos contó su separación de mi maestra y de su nuevo matrimonio, y cuantos hijos tenía entre los dos matrimonios; también nos contó sobre sus años en la empresa Bayer. Y por esas cosas de la vida, nos preguntó por un muchacho que nunca tuvo la oportunidad de conocer, de ver. Y yo le contesté que ese muchacho y Yo eramos como hermanos.
Pues resulta que ese muchacho es su HIJO.
No se como describir lo que sentí en ese momento.
A Rafael A. se le aguaron los ojos. Y nos dijo: "Yo quiero conocer a mi hijo". Por eso les llamé a ustedes. Conseguí sus teléfonos en la Guía Telefónica. He estado averiguando y ya se donde vive la madre de mi hijo, pero esa señora es impredicible y lo menos que yo deseo es un problema a estas alturas de la vida. Ella se opuso a que yo lo conociera en aquel momento, y Yo fui a buscarla pero siempre me la negaron; hasta unos tiros me echaron en una oportunidad. Asi que, nunca me dieron la oportunidad. Pero vine aquí, a la casa de ustedes, con ese deseo de ver si ustedes sabían algo de ese muchacho. ¡Y que gran sorpresa! LLegué al sitio indicado.
Yo no se que pueda pensar ese muchacho, pero quisiera conocerlo. Sin la menor intensión de crear problemas, pero como no sé que le pueden haber contado....no se que reacción pueda tener él.
YO le dije que ese muchacho era todo un caballero. Que cualquier padre estaría orgulloso de él. Y que para mi era como mi hermano menor. Le dije que teníamos una relación muy estrecha, que nos frecuentábamos, que compartíamos en familia, etc, etc.
Le pedí a Rafael A. unos días para hablar con su hijo, e indagar que opinión tenía él acerca de su padre. Y que luego le llamaría para contarle.
Aquel hombre salió de mi casa con tanta alegría. Y me rogó que hiciera todo lo que estuviera a mi alcance. Y así se lo prometí.
El sabado siguiente, Rafael A. y su hijo se conocieron. Se vieron por primera vez.
¡Que emosión!
Hoy, son una familia muy feliz. Comparten cada momento; están pendientes el uno del otro. ¿Que más puedo decir?
Ahhh. Otra cosa que me produjo una inmensa felicidad fue un trabajo que hice en la Universidad sobre HISTORIA DE VENEZUELA, el cual tuvo mención publicación.
Fui felicitado por la mayoría de los profesores. Y no estando conforme con esa situación, le llevé el trabajo a una persona que admiro y le tengo en gran estima, quien es escritor, y le pedí que por favor me diera su opinión sobre ese trabajo.
Sus palabras fueron: "NO SABÍA QUE TENIAS ESAS INQUIETUDES, TE FELICITO. SÓLO UN CONSEJO, USA MÁS PUNTOS Y APARTES O PUNTOS Y SEGUIDOS". Este amigo es el Dr. Carlos Felice Castillo.
Pero hoy, 11 de Octubre de 2007, he recibido la más grande de todas las alegrías posibles. Hoy se graduó de Ingeniero en Informática mi sobrina Dymara, con 20 puntos y con honores.
No puedo ni hablar, no se que escribir para narrar lo que siento. Pero cuando la llamé para felicitarla le dije: "Tu eres lo más bello que Dios le dio a esta familia" Hoy la felicidad no cabe en nosotros. Lo grité a todo el mundo, llamé a todo el que pude y acompañe esta inmensa alegría con lágrimas que no pude contener. QUE DIOS TE BENDIGA HIJA MIA. Eres tan bella, tan hermosa, tan humana, que Dios tiene reservado para tí todo este mundo.

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